El 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad curable si se detecta a tiempo y prevenible, si se trabaja desde un abordaje integral. La asociación Tesãi Reka Paraguay que significa “Búsqueda de Salud” destaca el rol de los profesionales de la Unidad de Salud Familiar en el interior del país para la detección temprana. Esta es una historia de una promotora de salud que logró una detección temprana.
Lorenza Giménez Espínola no había cumplido los 30 años cuando su vecina María Estigarribia de Zaracho la invitó a ir a las capacitaciones para ser promotora de salud voluntaria en la Colonia Vy´arenda, en el distrito de Yrybucua en el departamento de San Pedro. “Fue la primera vez que oí sobre Tesãi Reka Paraguay y me iba a todas las capacitaciones que luego replicamos en los colegios. Y en la tercera charla, me dije, voy a autoexaminarme también como nos enseñaron, diez días después del primer día de la menstruación y allí encontré que tenía una bolita en mi pecho derecho. Me toqué como me había enseñado la licenciada Maura Giménez y fui enseguida al puesto de salud. Allí me atendió el doctor Edgar Larrea y me dio la orden de mamografía”, recuerda Lore.
Las palabras del médico la alertaron: “No quiero que te asustes, pero quiero que consigas hacerte este estudio rápidamente. En este momento hay prioridad para las mujeres mayores de 33 años, pero tenés que encontrar la forma. Nuestra vecina Mabel se tardó mucho para ir y llegó tarde. No quiero que te suceda lo mismo”.
“Tocarse puede hacer la diferencia entre vivir y estar bajo tierra”, dice Lore.
DESAPEGO Y DESARRAIGO: MIGRAR PARA VIVIR
Lore se apuró en hablar con su madre para dejar a su hija, habló con su hermana en Asunción y le pidió a su cuñada para que le sacara turno en mastología en el hospital de Santa Rosa del Aguaray.
-“Tenía en ese momento 130 kilos, no me había controlado nunca y en los examenes, salió que era hipertensa, tenía diabetes, tenía colesterol y un problema del corazón. Me quedé un mes y 15 días, por suerte tenía un hermano que tenía su casa en esa ciudad. Todos los días, iba y venía al hospital y en un mes y 15 días, me operaron, me hicieron una biopsia, me salió benigno”
A los 3 meses, en el control volvieron a aparecer más nódulos y con cada ecografía mamaria, le volvían a aparecer los bultos. La cuarta vez que la operaron, se infectó todo el pecho y debía ir diariamente a que le saquen el pus al hospital. Volvía a cirugía cada vez, hasta que la doctora de Santa Rosa ya le explicó que sacaron los nódulos más grandes pero no tenían la maquinaria para extirpar los nódulos más pequeños. Le recomendó que viaje a Asunción para buscar al doctor Rodrígo Espinosa, que la había atendido inicialmente, ya que él tenía las máquinas para ver los nódulos pequeños.
-“Eso me costó mucho porque mi marido no estaba de acuerdo, le decían que me hacía nomás, que no se me veía tan mal y no estaba de acuerdo con que viaje. Pensé mucho en mi hija. Decidí vivir, decidí por mi vida, porque quería vivir para estar con mi hija”, cuenta. “Tomé mis ropas, las ropas de mi hija, una perrita que teníamos y nos vinimos”. recuerda.
Encontró al doctor Rodrigo Espinosa en Calle´i de San Lorenzo y este le recomendó ir a Areguá al Instituto Nacional del Cáncer, INCAN, en Areguá. “Allí me atendió la doctora Pilar García. A la mañana consulté con ella y a la tarde me estaba operando, y ahí directamente me confirmaron el cáncer. Me dieron la medicación. Hace 5 años que estoy en la lucha. Este año, el 22 de junio, me dieron el alta médica y sólo debo realizarme los controles cada año”, cuenta Lore.
PRIMERO “ME AMO”, DESPUÉS “TE AMO”
“El cáncer de mamas me colocó en una situación en donde tenía que decidir entre mi vida y mi familia. Decidí por mi vida. Algunos de mis familiares me dijeron “le dejaste a tu marido tan bueno, perdiste todo y no fue fácil, decidí por mí vida””, dice en guaraní Lore.
“Mi marido de entonces me decía andate a ver quién te aguanta. Y nos divorciamos. Pero aquí estoy, ahora viviendo, rehaciendo mi vida, volviendo a estudiar y la verdad, quería volver a reencontrarme con mis amigas de mi comunidad para contarles que hubiera estado bajo tierra hace mucho si no fuera porque decidí poner primero mi vida, mi salud antes que cualquier otra cosa”, cuenta.
Y así como algunas personas le dieron la espalda. Un día, saliendo del hospital, en el semáforo se encontró con un conocido de Santa Rosa del Mbutuy y le saludó. Hablaron y el señor le preguntó si no quería trabajar en su casa, porque su esposa justo había muerto de cáncer. Entonces,Lore llevó a su hija y a su perra y fue a vivir con los hijos del señor. La tragedia le persiguió, porque el señor tuvo coronavirus y falleció. “Con toda esta experiencia, me dolía la cabeza y a veces, me caía y convulsionaba. Entonces, me pidieron una tomografía y también tenía un tumor en la cabeza. Me operé dos veces de la cabeza. Ahora me estoy recuperando muy bien”, cuenta.
“Con toda mi experiencia, quiero decir a las mujeres que primero debemos decirnos ME AMO para después decir TE AMO. Porque todas estas complicaciones, creo que tiene que ver con que antes yo no tenía los ojos abiertos y siempre las mujeres queremos poner primero a nuestro marido, a nuestro hijo, a nuestra casa. Si morimos, no nos sirve de nada lo que pusimos adelante que nosotras”, dice.
UN CAMINO: VOLVER A ESTUDIAR DE GRANDE
A los 35 años, Lore ahora retomó sus estudios y está por terminar la secundaria.
“Cuando falleció el señor que me ayudó como si fuera mi padre, me encerré tres meses. Me dolía la cabeza. Entonces, mi médico me dijo que buscara un psicólogo y recibí ayuda. Me dijo el psicólogo que buscara hacer algo que me gustara y recordé que siempre había querido volver a estudiar y ser docente alguna vez. Ahora, retomé el colegio, voy por el segundo año. Voy a clases todos los días, me relaciono con mis compañeras”, cuenta.
Su hija, Yenifer también culmina la secundaria este año. Y Lore se siente orgullosa.
“Ahora estoy tratando de rehacer mi vida con alguien que conocí andando por los hospitales. Va la vida bien. Tenemos trabajo, tenemos vehículo, estamos recuperando de a poco todo”, dice.
“Quiero decir Gracias a Tesãi Reka Paraguay, a Alfredo Díaz y a Ña María Estigarribia, gracias porque si no fuera porque me abrieron los ojos, hace mucho hubiera estado bajo tierra”, dice.
LA ENSEÑANZA: ACCESO A UN DIAGNÓSTICO HACE DIFERENCIA
“No nos sirve la remera rosa si no hay en nuestra zona una mamografía, para irse a Santa Rosa del Aguaray o a Santaní, si se vive en una zona alejada, cuesta dinero”, dice. Lore recalca la importancia de “autoexaminarse”. “Primero me amo y segundo te amo, porque si nosotras no nos amamos, la vida no nos alcanza y muchas veces no queremos dejar de poner en prioridad de nuestra familia, a nuestro marido, a nuestros hijos, a nuestra casa. Yo antes no entendía nada de esto, un autoexamen, darse un tiempo. Veinte minutos de autoexamen hace la diferencia entre la vida y la muerte”, dice.